jueves, 9 de abril de 2015

 
Tippi Degré es una joven francesa que creció y se crió en Namibia, África. Hija de dos cineastas franceses y fotógrafos de vida silvestre, Alain Degré y Sylvie Robert, pasó gran parte de su niñez rodeada de naturaleza y aventura.
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A diferencia de la gran mayoría, Tippi Degré no tuvo una infancia común. Su compañía durante sus primeros 10 años fueron animales de la sabana africana y algunas de las tribus que en ella vivían.
La historia de esta niña, hoy convertida en una mujer de 24 años, parece el vivo eco de las aventuras de los personajes en El libro de la selva. Durante su niñez, su “hermano” era un elefante, su mejor amigo era un leopardo, y su patio trasero era el desierto africano.
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Estuvo en contacto con algunos de los animales más peligrosos del país, e incluso se hizo amiga de los miembros de la tribu Himba, del Kalahari. Ellos le mostraron cómo sobrevivir a base de raíces y bayas, y hasta le enseñaron a hablar su lengua.
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A los pocos meses de nacida, la niña exploraba el terreno africano y el desierto de Namibia, donde se hizo amiga de animales como Abu, un elefante de 28 años de edad. Tippi parecía no tener miedo y conectó con Abu cuando tenía apenas un año y medio de edad. Miraba cara a cara al animal y hablaba con el, convencida de que podía entender sus palabras. “Ella parecía comprender la mentalidad de estos animales”, explica su madre, Sylvie. “Además creía que los animales tenían su tamaño y que eran realmente sus amigos”.
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Hay fotografías que muestran, por ejemplo, a Tippi chupándose el dedo junto a Mufasa, un joven cachorro de león. Otras imágenes la muestran feliz en el lomo de una avestruz, o acostada junto a un leopardo.
 
“Los agricultores a menudo rescatan animales huérfanos y los crían en su casa”, aclara Sylvie.“A veces son mansos o están acostumbrados a los seres humanos, y es por este motivo que Tippi fue capaz de estar tan cerca de ellos”.
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Una vez terminada la aventura africana se trasladaron a Paris, a finales del año 1999. Durante los primeros años en su nueva casa, la joven asistió a una escuela normal pero se sentía diferente a los demás niños, por lo cual terminó siendo educada en su casa. Dice haberse sentido asfixiada por la falta de espacio en la ciudad, y por el hecho de que las estrechas calles entre los edificios no le dejaban ver el cielo.

Tippi regresó a África para hacer seis documentales sobre la naturaleza para Discovery Channel. También es conocida, entre otras cosas, por la supervisión de los tigres en Fort Boyard, frente a las costas de Francia. “Habíamos vivido con suricatas en el desierto de Kalahari por seis años antes de que naciera Tippi. Lo que teníamos para ofrecerle a un niño era fantástico en comparación con lo que podríamos haber sido capaces de ofrecerle en una ciudad” opina su madre.
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4 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. La verdad es que me ha parecido un artículo muy conmovedor. Aunque a la mayoría de las personas les pueda parecer lo contrario, la considero una experiencia muy bonita y que no me importaría vivir un tiempo.

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  3. Una historia increíble!! una gran experiencia la de esta chica, se debe sentir afortunada por haber crecido rodeada de esos maravillosos animales..

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  4. Es una historia maravillosa lo de esta niña, la compañía de los animales a veces hacen mucho y te hacen sentir muy alegre y agusto con ellos, ¡bonita experiencia y bonitas fotos!

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